Anécdotas & Apologética #029
El mayor error que muchas personas cometen con la Escritura es que quieren aplicarla de inmediato. Y alguien dijo una vez: “Puedes tener comida instantánea enlatada, como frijoles horneados, pero eso es aburrido. Si quieres una comida real, necesitas trabajar, reunir los ingredientes, dedicarle tiempo.”
Con la Biblia es igual. Debes pasar mucho tiempo observando exactamente lo que dice,
antes de preguntarte qué significa o cómo se aplica.
Yo inicié un estudio bíblico serio por una razón: noté que muchos estudiantes parecían perder su fe al salir de la universidad. ¿Por qué? Porque nunca se sumergieron en las Escrituras.
Eran brillantes en matemáticas, química, o alguna otra área, pero su comprensión bíblica se quedó en un nivel infantil. Entonces, cuando entran al mundo laboral y alguien les pregunta sobre su fe, la discrepancia entre su capacidad profesional y su conocimiento bíblico es tan grande que parecen niños… y rápidamente se quedan sin palabras.
Quise hacer algo al respecto. Así que organicé una sesión seria de tres horas los domingos por la tarde. ¿El objetivo? Meterse en la Escritura. No para preparar sermones, sino para escuchar a Dios hablar.