Anécdotas & Apologética #037
¿Cómo podemos, como iglesia, rechazar el concepto del feminismo?
El feminismo afirma que hombres y mujeres son iguales en todo sentido. Y si hombres y mujeres son totalmente iguales, entonces —según esa lógica— pueden intercambiarse. Pero hombres y mujeres no son lo mismo.
De hecho, si hombres y mujeres fueran realmente iguales, nadie estaría intentando hacer una transición de género. Y si fueran idénticos, nadie estaría argumentando a favor del “matrimonio igualitario”.
¿Por qué alguien quiere casarse con una persona del mismo sexo? Porque sabe que una persona del sexo opuesto es diferente… y no quiere esa diferencia.
Es decir, la misma lógica que usan para defender el “matrimonio igualitario” presupone que hay una diferencia entre hombre y mujer. ¡Y eso es justamente lo que enseña la Biblia!
El cristianismo afirma que hombres y mujeres son igualmente valiosos ante Dios, pero tienen roles y funciones diferentes.
Así como el Padre y el Hijo son ambos Dios —esencialmente iguales—, pero tienen funciones distintas, así también es entre el hombre y la mujer.
No es una cuestión de superioridad o inferioridad, sino de diseño divino, propósito y complementariedad.
